Foto tomada por: Jacobo Jurado

Yo no voy a ser un esclavo del tiempo.

Voy a ser un esclavo del mar.

¿Y del amor? Quién sabe.

Dónde venden tiempo,

y por qué una cosa tan elemental tiene el valor que no se merece.

Cuánto les valió, por qué lo presumen y por qué él, petulante, les roba el sol y el baile .

El personaje despreciable de manecillas nos confunde deshonesto.

Intoxica gustoso el placer.

Nos abunda de arrepentimientos y deshonor,

por hacer lo que canta la cabeza.

Nos sugiere vivir para afuera y morir sedientos en nuestro adentro carnal.

La moral es un juego donde ganan las culpas

y yo no voy a jugar.  

Nos están llenando el cerebro de verdades inventadas

y nos piden deshonrar nuestras músicas.

Nos deja perdidos en obligaciones de estatus y complaciencia a otros.

Nos lleva de la mano haciéndonos sentir seguros

 y elimina momentos,

las esencias y los sabores,

las bellezas  y las músicas,

y los olores del aire del lugar favorito.

Que malgastar no es perder,

yo gano.

Gano tiempo cuando gano sensaciones.

Gano tiempo cuando pierdo desdichas.

Gano tiempo cuando creo recuerdos.

Gano tiempo cuando pienso en mí.

Jacobo Jurado


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