Ahora todo se encuentra de cabeza ¿Quién pensaría que unas partículas en el aire hicieran tantos estragos? Hoy nos tienen en casa por cárcel.
Y así se encontraba ella, entre cuatro botellas, en un día de cuarentena que la invitaban a relajarse, donde un desenfrenado vino paseaba por su garganta, que en medio de la ansiedad hacía de su tarde cada vez más amena. Los sorbos cada vez la hacían más libre dentro de su casa, haciendo olvidar toda preocupación, poniéndole stop a su entorno. ¿Quién pensaría que ahogarse en vino sería su metodología para continuar su vida (de otro modo) como la vivía antes de la cuarentena? Tenía el don de beber como un vikingo. Y yo que la acompañaba entre risas con mi vaso de agua.
¡Qué guayabo tan hijueputa!
Juan Sebastián Muñoz
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