– ¿En qué piensas?
-Pienso en muchas cosas que estoy olvidando.
-¿En qué cosas?
-No sé si al viento se le pueda llamar cosa.
-Y sí. Es frescura intocable, es frío etéreo.
-…pienso en el viento sonoro de abril, cuando mi pecho reposaba una cabellera rojiza.
…pienso en el viento pausado de agosto, cuando mi pecho era el colchón de unos cabellos renegridos.
¿Es posible olvidar el presente?
-Siempre lo hacemos.
-Pienso en el viento gélido de diciembre, y en mi pecho que es la cuna desbaratada del recuerdo de dos cabelleras que dejaron cicatrices atrás de mis costillares.
-No pienses tanto entonces.
-¿Es posible pensar en los vientos del futuro?
-Si el corazón te aguanta…
-Pienso en el viento tropical de febrero, y en mi pecho que será el recinto de otras melenas, o quizá será el mismo recipiente de memorias enredadas.
-¿Y en qué otras cosas piensas?
-Pienso en muchas cosas que estoy olvidando.
Daniel Muriel
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