En las horas que se pusieron de color estamos vagando alegres entre cuerpos de carcajadas pícaras y música forzosamente movida. Algunos confundidos y otros como yo, buscando razones o simplemente justificando la respiración.
Los recuerdos de los que yo no me acuerdo, pero que alguien me ha dicho que existen, me hacen apenar, porque a esta edad ellos hacían un poco más que yo, que estoy perdido entre espumas blancas que vuelan entre pájaros cubiertos por un cielo de cemento.
Me cruzo los dedos y se chocan, pensativos y ansiosos, buscando en la palma un romance entre las arrugas y el éxito. Qué carajo estás y qué carajo estoy haciendo, buscamos un apego o la cima. Me hablas con tus palabras, que son un lenguaje de fracaso y frustración. No las quiero entender, pero lo hago metido en tus zapatos gastados y tú en los míos.
Tus lagrimas que se duermen en mis oídos se salaron adentro, porque no las lloro, las llevo en mi aire cansado, pero cargado de amor, listo para sufrir juntos y sin más despedidas.
Estamos equivocados.
Jacobo Jurado
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